Los beneficios que aporta ser bilingüe desde la cuna.
No son pocos los estudios que avalan las beneficiosas características de aprender más de un idioma desde la edad más temprana. Y es que cuando somos pequeños tenemos la habilidad de aprender cualquier idioma del que estemos rodeados, perdiendo esta habilidad poco a poco al cumplir los 8 meses/un año.
La gran mayoría de estos beneficios de ser bilingüe son neuronales, aunque no son los únicos. Una persona que conoce más de una lengua desde niños, no sólo absorbe dicha lengua, sino que aprende todo lo que conlleva dicha lengua, cultura, costumbres, formas de vivir. Esto hace que sean personas más abiertas, empáticas y comprensivas hacia las diferencias que existen entre diferentes culturas, lo que le ayudará en sus relaciones personales y profesionales.
Centrándonos en los beneficios neuronales, en los estudios se han hecho comparativas de bebés que venían de casas en la que se hablaban dos lenguas, junto a bebés en los que en su hogar se hablaba un solo idioma. En dichos estudios fueron capaces de ver diferencias en sus cerebros, habiendo una mayor actividad en el cerebro de los bilingües, en las zonas de la corteza prefrontal y el orbitocentral. Estas zonas están asociadas con la función ejecutiva. La función ejecutiva es aquella que hace que, valga la redundancia, ejecutemos acciones de respuesta a los estímulos externos, pues los procesa y decide cuales son los que merece la pena prestar atención y como. Es decir, los bilingües, al estar acostumbrados a tener que, por decirlo de alguna manera, encender o apagar un idioma diferente según el tipo de estímulo que recibe, aprende tanto a concentrarse como a prestar atención de una manera más focalizada.
Ser bilingüe mejora tu capacidad cognitiva.
Una de las pruebas que hicieron para llegar a esta conclusión fue la de hacer una prueba de escucha, durante casi veinte minutos, de diferentes sonidos, algunos neutros y otros específicos de las lenguas, ya fuera de una sola de ella o de ambas. Durante los primeros 10 meses de vida somos capaces de distinguir cualquier tipo de sonido sin asociarlo a ninguna lengua en particular, esa facultad se desarrolla entre los 8 a los 10 meses. Es en ese momento que se comienza a reforzar la distinción de algunos sonidos y a perder la capacidad de distinguir otros, formándose la base del lenguaje en nuestro cerebro.
Otra ventaja que supone para los bebés que son bilingües, es que esa capacidad de distinción de sonidos la mantienen por más tiempo, lo que hace que aprender un tercer idioma sea más sencillo. A los once meses, un niño que ha crecido escuchando un único idioma, ya no es capaz de distinguir los sonidos fuera de dicha lengua. Un bilingüe cruza esa barrera más tarde.
Por lo tanto, ser bilingüe es una gran ventaja a futuro con respecto a mantener una infancia monolingüe. Capacidades que son necesarias y útiles a la hora de trabajar y estudiar se ven afectadas de manera positiva, creando facilidades a futuro que otras personas tendrán que aprender de manera consciente. Incluso aunque no se empiece en los 0 años, los beneficios, aunque menores, siguen siendo presentes mientras que la persona haya aprendido más de una lengua desde una edad temprana. El conocimiento que nos aporta va más allá de las normas gramaticales y las conjunciones verbales y nos aportará nuevas perspectivas de visión hacia cualquier situación que se nos plantee a lo largo de nuestra existencia.